Con este largo título, resumimos las cortas vacaciones de Navidad de 2014-2015. No pudimos hacer esquí de fondo, pero sí algo de turismo. Y es que estar en Centro Europa es estar en el centro de casi todo.
Por qué la Selva Negra?
Porque el nombre, suena muy bien. Porque es uno de los mejores sitios para practicar esquí de fondo en Europa. Porque está cerca de varias ciudades a las que merece la pena visitar
Cosas que vimos.
Aprovechamos una buena oferta para volar al curioso aeropuerto de Basilea, situado entre Francia, Alemania y Suiza. Su nombre completo, para no herir susceptibilidades: EuroAirport Basel-Mulhouse-Freiburg. De allí a Freiburg para celebrar la Noche Vieja.
Friburgo es una bonita ciudad, que además es puerta de entrada a Schwarzwald, Selva Negra. Aunque lo que voy a decir es un aventurado, me atrevería a decir que en un día se tiene una idea visión bastante buena de la ciudad.
Tras una visita relámpago a los puntos más representativos, buscamos un lugar barato para cenar (complicado en Noche Vieja), y luego nos dedicamos a averiguar que hacen los Alemanes en Fribourgo por Noche Vieja... y dónde.
Finalmente, nos reunimos a la puerta de un teatro donde compartimos un simpatiquísimo rato con los Alemanes que salían del teatro... a bailar Vals.
Al día siguiente, con un tiempo estupendo, nos dirigimos a las montañas (colinas, más bien) de la Selva Negra.
Una de las diferencias que existen en la manera de entender el esquí nórdico en Alemania, es que, a diferencia de España o Francia, no se limita a centros de esquí nórdico o estaciones de esquí alpino con algún recorrido nórdico. Aquí, abren trazas por todas partes, entre pueblo y pueblo, o en mitad 'de la nada'.
Intentamos esquiar en una zona cercana, pero no alquilaban material y no pudimos. ¡Qué envidia!. Probamos suerte en Schonach. Allí sí que pudimos alquilar los esquís. Lástima que no tuvieran de skating.
Los recorridos pasan por zonas de paseo de la propia población para adentrarse en tupidos bosques de coníferas.
Viendo que no mejora, nos aprovechamos de la estratégica situación de Schwarzwald y decidimos ir al corazón de la Alsacia: Strasbourg.
Esta encantadora ciudad, tiene un especial encanto durante las Navidedaes. Aunque técnicamente, ya pasaron, hay todavía vestigios de la decoración. Definitivamente, hay que volver en Fiestas.
Schiltach es un pintoresco pueblo de casas con estructura de madera vista, lástima de lluvia.
La parada en Alpirsbach tenía como objetivo ver una fábrica de cervezas, cosa que no pudo ser.
Al día siguiente, nos dimos una vuelta por Basilea, ciudad que nos sorprendió gratamente. No hay que hacer caso a la gente que viene con la cantinela de: "... ahí no hay nada que ver"
En resumen
- Aunque uno de los objetivos que nos animó a viajar fue el esquí de fondo (objetivo no cumplido), el viaje merece la pena. Sin embargo, para hacer turismo no son las mejores fechas: días muy cortos, mal tiempo...
- Nos hospedamos en casa de Erika, en NEUKIRCH, estuvimos muy a gusto y nos trató fenomenal.
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