California (II), viaje exprés por sus Parques Nacionales: Sequoia y Kings Canyon

Dejamos la costa, y enfilamos a la montaña. Los cambios de paisaje en California son drástico. Pasamos de la costa, húmeda y fresca a las amplias planicies cerealistas y resecas en El Fresno. El pie de la sierra es árido en esta época del año, cosa que cambia lentamente a medida que ganamos altura hasta entrar en la mítica Sierra Nevada de California.




Sequoia y Kings Canyon son dos de los Parques Nacionales más importantes de California, y por ende, de EEUU.


Fundados en 1890 y 1940 respectivamente,  se encuentran unidos para aportar continuidad al ecosistema.

Cosas que vimos.

General Grant Groove


El tal General Grant es nada más y nada menos que el segundo árbol más longevo de EEUU, y el árbol oficial de Navidad. Además de ello, es una gigantesta sequoia (Sequoiadendrum giganteum) con más de 1.650 años. Es decir, que germinó cuando Constanstino I decide dejar de perseguir cristianos y establece la capital del decadente Imperio Romano en Bizancio, algo más de un milenio antes de que a un tal Cristóbal Colón se le ocurriera la idea de ir a la India navegando en sentido contrario a donde estaba.



Y en todos estos años, no ha parado de crecer: Actualmente, tiene una altura de 81,5 m siendo su perímetro a ras del suelo de 32,8 metros.

Un sendero convenientemente adaptado, lleva al general y a otros árboles prominentes. Es el segundo árbol más grande del mundo tras el General Sherman desde que, en 2005, el Washington, que ocupaba hasta entonces el segundo lugar, perdió más de la mitad de su tronco.

Las fotos, ni por asomo dan fe de las dimensiones de estos espectaculares seres vivos.


Impresiona más si cabe el Monarca Caído, restos de otro ejemplar de sequoia por cuyo interior puede transitarse y que sirvió de hogar a los primeros occidentales que se internaron por estas lindes.


Big Stump


El Gran Tocón es un senderito que nos lleva a una explotación de finales del S XIX y cuyos restos (los tocones) dan una idea de la atrocidad cometida. No sé si podemos culpar con ojos de hoy lo que ocurrió hace más de 100 años, pero cuesta mostrar comprensión o empatía con quienes empuñaron sierras y hachas para matar a los seres vivientes más antiguos de la tierra.


Uno de los tocones tiene un diámetro de 8 m y fue talado para llevar al Museo de Historia Natural de Nueva York una muestra de su tronco.

Kings Canyon


Deprime contemplar las enormes extensiones calcinadas que se encuentran de camino a Kings Canyon. Es cierto que en el clima mediterráneo el fuego es un elementos de destrucción / regeneración natural, pero eso no evita que, si lo que vemos es la etapa de destrucción, se nos encoja un poquito el corazón.


Una vez en el fondo del valle, junto al río South Fork Kings River la cosa cambia, y la frondosidad nos recibe de nuevo.


En Grizli Falls hacemos una refrescante parada.

En el camino Zumwalt Meadows Trail comenzamos a ver las enormes paredes de granito que, cierto es, comparadas con las de Yosemite son autenticos bordillos.


El camino circula junto al río, el cual seguimos hasta las Roaring River Falls.



Llegamos con poca luz, no hay nadie en el camino y mentiría si dijera que no creí ver un oso (no muy amoroso) tras cada recodo del sendero.

Otro popular sendero es el de las Mist Falls.


Comenzamos pronto y casi no hay nadie. De hecho, no hay nadie.

En un momento nos parece oler a quemado. Poco después, vemos zona de tierra quemada, todavía humeante, e incluso algún madero ardiendo.


No se trata de algo accidental. Unos rangers con los que nos cruzamos, nos explican que provocar incendios en la época húmeda garantiza la no acumulación de combustible en la seca, disminuyéndose el riesgo e impacto de los incendios en el verano.

El camino remonta el precioso valle del Kings River, entre bosques de coníferas, pasando por algunos bellos saltos de agua. De hecho, en esta época del año hay agua por doquier.

En una zona, el camino recorre una zona algo más abierta, que nos permite admirar la belleza de las montañas cercanas.


Las Mist Falls son más impresionantes por el caudal y su fuerza que por su altura. El camino, tanto por el recorrido en sí como por las cascadas, bien merece la pena.



Comentar que puede continuarse hacie el Paradise Valley, que, la verdad, no suena nada mal. Han sido 16,5 Km con un desnivel positivo de 330 m.

En este enlace se encuentra el track del camino.

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