Uzbekistan, lo exótico eres tu.

Al salir de casa, para visitar un país lejano, uno espera encontrarse con mil estímulos exóticos, diferentes... en definitiva, fotografiables.



Pero no es tan habitual que uno mismo sea el punto exótico (y por tanto, fotografiable) para los locales.



El ser el objeto de fotos o posar entre absolutos desconocidos, es algo simpático y sorprendente. Pero sobre todo, dice mucho del terreno que pisas. Un país de gentes extraordinariamente amables, donde el turismo, de momento, no ha llegado arrasandolo todo.



Por qué Uzbekistan?


Porque en él está una ciudad cuyo nombre es el más evocativo y cantarín de todas las ciudades del mundo: Samarkanda. Y porque además (y sobre todo), en esta ciudad hay una plaza. Y esa plaza es, a nuestro juicio, una de las más hermosas del mundo.


Además de Samarkanda y su preciosa plaza, Uzbekistan tiene dos ciudades más que fueron importantes puntos de paso e intercambio de la Ruta de la Seda: Khiva y Bukhara. Tashkent, la capital e inevitable punto de paso, depara alguna sorpresa y es, cuanto menos un lugar agradable para llegar o partir del país.



Planificación del Viaje.


Pese a ser uno de los paises que acaban en "tan", y compartir frontera con Afganistan, se trata de un lugar muy seguro para el viajero. Sólo hemos tenido algún comentario negativo del Valle de Fergana, donde el Islam se ha asentado en su vertiente menos amigable.



La mejor época, de Abril a Junio, totalmente desaconsejable la visita en verano o invierno debido al clima marcadamente continental de esta zona de Asia.

El recorrido que hicimos fue: Tashkent - Khiva - Bukhara - Samarkanda - Tashkent. El vuelo a Tashkent salió por 516€



Nosotros tomamos un vuelo Tashkent - Khiva (aeropuerto de Urgench, 76€), y otro de Urgench a Bukhara (54€). Entre Bukhara y Samarkanda la conexión por tren es buena, y sorprendentemente buena la existente entre ésta última y Tashkent.






Cosas que vimos.


Khiva



La ciudad amurallada de Khiva fue nuestra primera parada en el País. No imaginábamos que llegara a ser tan bella y acogedora. 


El truncado minarete de Kalta Minor, recubierto de azulejos azules, contrasta con el ocre de las construcciones de adobe y ladrillo. Toda la ciudad es Patrimonio de la Humanidad, y no circulan vehículos por su centro.



En el interior de la ciudad hay Madrasas o Mezquitas casi en cada esquina. Las Madrassas suelen estar ocupadas en su interior por puestos de recuerdos.



De entre todos los espacios sagrados o no que más nos gustaron, destaca la Mezquita Juma, con más de 200 columnas de madera tallada.






Los museos Uzbekos merecen una mención especial. Los hay muy 'occidentales'. Pero existen algunos pequeños museos que se sitúan entre los primeros en el ranking de lo bizarro. No puedo resistirme a compartir algunas fotos.



La siguiente, es mi favorita. Un museo donde se exhiben manzanas, melocotones, peras...


Es recomendable subir al Minarete Islom Hoja, desde donde se tienen muy buenas vistas de la ciudad


Nos alojamos en el Meros B&B (35 USD habitación doble,  con desayuno) muy familiar y dentro de las murallas. Las salidas y puestas de sol desde la terraza son memorables.





Otros lugares interesantes son el museo de la música, y un mausoleo, Pahlavon Mahmud.



Desde la Torre del Reloj, en la propia muralla, se tienen estupendas vistas de la ciudad, especialmente al atardecer.





Ya fuera de las murallas, merece la pena subir a la Noria. No hay que dejarse amedrentar por su aspecto roñoso, es mejor confiar en la estadística: si no se ha caído hasta el momento... ¿Por qué ha de suceder ahora?





Cerca de la Noria, está en Palacio Isfandiyar, de corte versallesco en versión central asiática.


Fortalezas de la antigua Khorezm





Hace más de dos mil años este lugar era mucho más fértil y acogedor. Fue poblado y protegido de las invasiones y ataques de las tribus vecinas por una cadena de fortalezas militares. Poco queda de ellas, salvo los fundamentos de las murallas y los principales edificios.




Los sótanos y  túneles subterráneos colapsaron en todas y cada una de estas ciudadelas y todavía hoy son objeto de estudio e investigación, lo que hace de Elliq-Qala es uno de los sitios arqueológicos más interesantes de la época actual. Son patrimonio de la humanidad por la Unesco.



Para visitarlas, contratamos un taxi (60 USD) para que nos llevara a las más interesantes.

No queda gran cosa de ellas. Los dos milenios de antigüedad han dejado poco más que unas misteriosas montañas de adobe en un paisaje desolador.

Visitamos Qizil Qala, del S III - IV y Toprak Qala, de la misma época pero con algo más de contenido. 



Parada técnica en Bostom, donde aprovechamos para ver el bazar. Los mercados son unos de mis lugares favoritos para visitar. Y además, una mina inagotable de fotos.





Ayaz Qala, es la más turística de entre todas las fortalezas que visitamos. Por tanto, es también una de las más bellas.




El paseo desde el aparcamiento hasta los muros es encantador.





Desde arriba es visible otra fortaleza en otro cerrito cercano a la que, posteriormente, nos acercamos en coche. La tierra tiene unos colores impresionantes.




Ya de camino a Khiva, paramos en otras: Kokrylgan Qala (no merece mucho la pena, pero pilla a pie de carretera), Angka Qala, grande pero poco conservada, y Guldursun Qala. Esta última se encuentra en relativo buen estado.






Bukhara



No es una ciudad tan de "cuento de hadas" como lo es Khiva. Tiene monumentos preciosos, sin duda. Pero a diferencia de Khiva, no es una ciudad-monumento.





Lyabi Hauz es el corazón de la ciudad, una plaza con dos Mezquitas simétricas a ambos lados de un estanque.








Una de ellas, Nadir Divanbegi, muestra en su fachada una excentricidad desde el punto de vista del Islam: dos pavos reales con corderos en las garras, cosa totalmente prohibida por el Islam y que es, por tanto, muy poco común.




Al igual que sucede en Khiva, las Madrasas se han convertido en pequeños zocos con tenderetes de recuerdos. 




Abdulloxon y Ulugbek son dos Madrassas enfrentadas entre sí.




Vamos a comprar los billetes de tren a Samarkanda a la zona nueva, muy parecida a otras ciudades de la zona como Bhiskek.








De regreso, nos paramos en una sinagoga donde no fuimos acogidos de forma demasiado calurosa... También por el Mausoleo Turki Jandi que (al igual que otras muchos edificios artísticos) está en estado semiruinoso.

El Char Minar es un pequeño y coqueto minarete, ya en zona más transitada.




La Mezquita Kalon (S XVI) es la gema de la ciudad.





... Y la mejor manera de disfrutarla es saboreando una rica cerveza al atardecer en la terraza del Chashmai Mirob, justo frente a la plaza.






Frente a Kalon se encuentra la Madrasa Mir-i-Arab, la cual no se puede visitar (solo la entrada)








El Ark es una ciuadela amurallada con algunos buenos museos en su interior.






Nos topamos, casi por casualidad con un Hamman (Kunjak Hamman). Vale que no son los baños más glamurosos del mundo. Vale que el olor no es del todo bueno, y que las comodidades son muy limitadas. Sin embargo, fue una de las experiencias que más hemos saboreado en el viaje. Es muy antiguo, del S XVI, y en nuestro caso estábamos totalmente solos con la masajista. Ésta, nos sometió a una suerte de tortura - relajante mientras murmuraba para sí rezos (creo). Lo cierto es que salimos del Hamman muy contentos y suaves como un guante.

El Parque Samani contiene algún lugar interesante. Pero para nosotros, lo realmente interesante fue el presenciar una boda al estilo Uzbeko. O mejor dicho, al más puro estilo Americano, pero en un escenario centroasiático.




Dormimos en el Hotel New Moon (40 USD con desayuno). Quizás no fue la mejor opción, pero no queríamos pasar tiempo buscando alojamiento.

Samarkanda



¡¡ Dios, qué bien suena !!. No me canso de oirlo. Samarkanda, en la Ruta de la Seda. Una ciudad cuyo precioso nombre precede a la belleza de algunos rincones memorables. Rincones que son joyas, y que por sí mismos merecen el largo viaje.






Llegamos desde Bukhara en tren (32000SUM), 3 horas de viaje. Nos alojamos en B&B Antica, muy coquetón y prácticamente vacío (42,5 USD con desayuno)

El Registan representa una de las vistas urbanas más espectaculares del planeta. Tres Madrasas revestidas totalmente de azulejos verdes y azules limitan una gran plaza donde merece la pena ir sin prisas y disfrutar desde cada ángulo posible de las preciosas vistas.








La Madraza Ulugh Beg, situada en el oeste se terminó en 1420 durante el gobierno de Ulugh Beg y contiene mosaicos con temas astronómicos. Contiene alrededor de 100 estudiantes que enseñan las ciencias, la astronomía y la filosofía, además de la teología.










La Madraza Sherdar, situada en el este se completó en 1636 por el shaybánida Emir Yalangtush Bahadur como un reflejo exacto de la Madraza Ulugh Beg, con excepción de la decoración de dos rugientes leones (o tigres) que desafían la prohibición del islam de representar seres vivos.





La Madraza Tilla-Kari, en el medio se terminó en 1660 y cuenta con decoración dorada y un agradable patio. Construida también por el monarca Yalangtush.




Una calle peatonal, Toshkent, , lleva a otra zona de monumentos: el Mausoleo Bibi Khanym, la enorme Mezquita Bibi Khanym y un animado mercado.






Continuando por la Mezquita Hazrat Hizr y por el cementario hasta el complejo de Mausoleos  Shah-i-Zinda. Nos sorprende gratísimamente, este compendio de mausoleos de diferntes épocas y similar estilo.








Animados por la guía Lonely Planet, nos ponemos abuscar lugares de interés dispersos por la ciudad: Mezquita Imon, Mezquita Hoja Nisbatdor, Musoleo Hoja Adbi Darun y Ishratkhana.

El siguiente punto es el Mausoleo de San Daniel. Personaje del Antiguo Testamento, cuentan que crece 1,5 Cm por año. Como resultado, un enorme sarcrófago.

El Observatorio del ilustre astrónomo Ulugbek es un interesante repaso por la ciencia Uzbeka.


Shakhrisabz


Esta ciudad cercana a Samarkanda, de impronunciable nombre, alberga algunos monumentos interesantes. Se llega en taxi  (50 USD). El trayecto bien merece la pena, ya que hay que atravesar un puerto precioso con algunas formaciones graníticas muy interesantes.



Como siempre, los Uzbekos, hiperacogedores y gustosos de hacerse fotos con nosotros.






La ciudad está (toda en ella) en obras. Han apostado fuerte por potenciar el turismo, y en unos años estará precioso. Ahora tiene un aspecto un poco 'Kabulense'. 








Vemos tres monumentos: Sheikh Shamseddin Kulyal, Kok Gumbaz y Dorut Tilyovat Gumbazi. Posteriormente, nos acercamos por un futuro parque hasta el Palacio Ak Saray. Lo que iba a ser un enorme palacio de verano, se quedó en unas ruinas que nos hacen una idea de cómo era Samarkanda antes de su restauración.




Tashkent


A la capital llegamos en un flamante Talgo. Hace raro viajar en un 'Ave' por estas latitudes.






No es una ciudad bonita, o al menos no es el tipo de ciudad por la que uno viaja desde tan lejos. Sin embargo, tiene algunos lugares interesantes, se come bien, y nos hace ver cómo es el Uzbekistan 'normal', el de la gente que cada día toma el metro para ir al trabajo y se pasea por los parques cuando vuelve de él.




Vemos el Bazar Chorsu, muy grande, limpio y bien aprovisionado.








En el Museo de la Gente de Uzbekistan no hay nadie. Este museo, el más occidental de todos los que vimos, se recoge unam uestra de todas las épocas históricas del pais.

El Metro es precioso, pero ojo con hacer fotos... yo me las vi con la jefa de estación. Además de lo dicho, nos invitaron a una copa de cava unos novios, vimos el memorial de la II Guerra Mundial y algún monumento moderno más.



Una noche, y de forma totalmente casual, terminamos en un garito con Rock en directo, buena cerveza, gente marchosa y (como siempre) super acogedora. Docker Club.



Dormimos en el nada recomendable Hotel Raduus (150.000 SUM)



En resumen...


  • Creo que hemos elegido la época ideal, así como la duración ideal para hacernos una idea de cómo es el pais. Da para muchísimo más, sin duda, pero (repito) para ver lo más emblemático, 10 días está bien.
  • Es muy sencillo desenvolverse por el país. No merece la pena contar con una agencia que organice. Viajar en grupo aborrega.
  • No es caro. Contando vuelos, visados, y absolutamente todos los gastos (desde hoteles a cervezas y recuerdos), no llegamos a los 1.200 € cada uno.
  • Es complicado establecer cuál es el mejor sentido del viaje (empezar por Khiva o Samarkanda). Quizás sea preferible empezar por Samarkanda, para llevarse el buen sabor de boca de la mágica Khiva.
  • Lo mejor: Khiva y el Ragistan. La gente, impresionante.
  • Lo peor: algunos problemas de comunicación, el aeropuerto y las jefas de estación en el metro de Tashkent.

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